Mario Benedetti (14/IX/1920-17/V/2009)
Chau número tres
Te dejo con tu vida tu trabajo tu gente con tus puestas de sol y tus amaneceres. Sembrando tu confianza te dejo junto al mundo derrotando imposibles segura sin seguro. Te dejo frente al mar descifrándote sola sin mi pregunta a ciegas sin mi respuesta rota. Te dejo sin mis dudas pobres y malheridas sin mis inmadureces sin mi veteranía. Pero tampoco creas a pie juntillas todo no creas nunca creas este falso abandono. Estaré donde menos lo esperes por ejemplo en un árbol añoso de oscuros cabeceos. Estaré en un lejano horizonte sin horas en la huella del tacto en tu sombra y mi sombra. Estaré repartido en cuatro o cinco pibes de esos que vos mirás y enseguida te siguen. Y ojalá pueda estar de tu sueño en la red esperando tus ojos y mirándote.
QUE CHISTOSOS LOS PERIODICOS AL DECIR QUE UN POETA HA MUERTO, LOS POETAS NO MUEREN, RENACEN.
ResponderBorrarEl año 1980 o 1979 Mario Benedetti leyó en nuestra Facultad sus versos. Entonces parecía muy triste, tal vez por el exilio en el que creo que estaba. La mirada de tu foto es bien distinta.
ResponderBorrarEs un poema precioso, como todos los que este alma vomitaba en un papel. Murió mi poeta preferido, su grandeza nos queda en su vida comprometida y en sus versos pesimistas y desgarradores. Un beso
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