A diferencia de las protestas en Egipto, en las manifestaciones sirias no vemos cristianos.
Los cristianos en el Medio Oriente son minorías en condición de ciudadanos de segunda categoría.
Escencialmente dependen de ciertos regímenes para subsistir y su suerte está ligada a dichos regímenes.
Es bien sabido que gobiernos autoritarios dan protección a algunas minorías para utilizarlas en el exterior como imagen de tolerancia. En la época de Pinochet, los anglicanos tenían esa categoría en Chile; en el Irak de Saddam Hussein eran los cristianos asirio-caldeos los que gozaban de la "protección" del gobierno.
En Siria las iglesias son parte del sistema, la elección de obispos y por supuesto de los patriarcas es evidentemente aprobada por el régimen.
Ortodoxos y Siriacos son minorías que viven del paternalismo del gobierno, cuentan con ciertos privilegios económicos y y todo el mundo sabe que son activos informadores.
Para los cristianos sirios la realidad futura se presenta en dos versiones: Continuar con el régimen actual, siendo parte del aparato y gozando de su protección a cambio de su lealtad absoluta, o bien atenerse a los cambios de un nuevo gobierno que bien podría tener tendencias islamistas (o no).
El gobierno de Mubarak no protegía a la minoría copta, en especial en los últimos años. Los cristianos eran, y siguen siendo víctimas de la violencia de los grupos de fanáticos islamistas en Egipto, por lo tanto ellos también saliron a las calles para protestar contra Mubarak.
En Siria, las cosa funcionan diferente y bien podríamos pensar que son los cristianos los que primero dispararán contra sus conciudadanos que permitir que el régimen baathista caiga. La ironía es que en Siria también los cristianos son ciudadanos de segunda clase.
Ser cristiano en Medio Oriente ha sido casi siempre un asunto delicado. Hoy en día, en pleno siglo XXI continúan siendo perseguidos y segregados de diferentes maneras. Los cristianos estaban ahí siglos antes del Islam y continúan ahi, pero su supervivencia depende de su manera de adaptarse al entorno. Por eso los vimos en las calles protestando contra Mubarak, por eso sabemos que muchos de los pensadores del nacionalismo árabe fueron cristianos, y también por eso hoy los vemos -quizá- disparando contra los manifestantes en Sira, o simplemente diciendo a los corresponsales extranjeros que "Todos quieren al buen presidente Assad y todo es un complot internacional para atacarlo y calumniarlo".