sábado, 22 de noviembre de 2014

Les secrets les plus secrets

«Les secrets les plus secrets se livrent un jour à celui qui les cherche. L’homme intègre qui jure le silence parle à sa femme, qui parle à une amie intime et ainsi de suite...»
-Créon en La Machine infernale de Jean Cocteau (1932)

martes, 22 de julio de 2014

255. Quiet days in Clichy o la improbable libertad de no tener un duro en la bolsa





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MILLER, H., Quiet Days in Clichy, Paris, Olympia Press, 1956
 En español:
Días tranquilos en Clichy, Barcelona, Edhasa, 1956 (reeditada en 2011 )




 Onetti quien podía ser en sus artículos un crítico duro, pero al mismo tiempo entretenido y ácidamente divertido, en los años 70s decía que el mundo literario, especialmente de habla inglesa se había llenado de vulgares y mediocres émulos de Henry Miller, con historias llenas de excremento y pornografía. No es difícil darse cuenta que tomaba como ejemplo pricipal a Bukowski y con él se refería de paso a todos los demás. Aclaraba, eso sí, que HM cuando quería podía demostrar talento -a diferencia, claro, de sus imitadores-.
 Como tengo pendientes libros de Bukowski y de Onetti, voy a dejar para otro día el asunto que bien puede dar para unas cuantas líneas de divagación y hasta de imaginaria reconciliación. El detalle, además, está en el talento que percibía el uruguayo en Henry Miller y que viene al caso con el librito del que quiero hablar.
 Suelo pasear a mi perro por la avenida Anatole France de Clichy. Ahí en el No.4, al lado de la puerta de uno de esos edificios de entreguerras para clase trabajadora un poco feos y típicos de banlieue parisina hay una placa que se pasa fácilmente por alto y la cual dice que HM, "écrivain américain" vivió ahí entre 1932 y 1934.
 Quiet Days in Clichy se inspira libremente en ésta época, cuando vivía con su amigo Alfred Perlès -a quien llama "Carl" en la novela- en los suburbios parisinos. HM escribió en Clichy Black Spring, la segunda en publicarse después de Trópico de Cancer y antes de Trópico de Capricornio. Quiet Days tardó más tiempo en cocinarse, de hecho la tuvo que ser reescrita para que finalmente la publicara Olympia Press, la misma editorial parisina en lengua inglesa que sacara a la luz por primera vez Lolita de Nabokov. Como es fácil comprender, la existencia de éste tipo de casas de edición en Francia se debía a la censura en otros países de morales más puritanas.
 El libro está dividido en dos partes, la primera escrita en NY, la segunda en Big Sur, años después cuando recupera el manuscrito perdido. Las dos secciones son inconfundiblemente del estilo de Miller, la primera parte es cercana a Trópico de Cáncer, en la segunda encontramos un HM más sentimental y hasta blando, pero que como es de esperarse se redime en cinismo en una buena bacanal al final del libro.
 Como todas sus obras, contiene pequeñas joyas, esas mismas a las cuales supongo se refería Onetti cuando hablaba de "mostrar talento". Sus descripciones de París van más allá de lo anecdótico o de lo curioso. Encontré una reflexión estética maravillosa, una observación en donde el escritor y el pintor -Miller pintaba- están en equilibrio:
 "Paris, as everyone knows, is preeminently a grey city [...] In France the range of greys is seemingly infinite; here the very effect of grey is lost"
 Montmartre y la Place de Clichy, el café Wepler en el tiempo en el cual había prostitutas regularmente y no era la ostrería cara que es hoy. También los Campos Eliseos. Un muestrario de la capital francesa en los 30s vista a través de los ojos de éste escritor iniciático.
 Mi último comentario es sobre el título de la entrada: Los días en Clichy del protagonista transcurren a veces sin un solo duro en la bolsa. Cuando le cae algo al bolsillo puede que se lo gaste en libros, o que se lo dé de buen corazón a alguna chica en apuros. Cuando tiene suerte, cuenta monedas para pagarse algo sabroso de comer, pero la impresión que siempre me da es que la falta de dinero lejos de limitarlo, le da una libertad inesperada.
 Aqui dejo un par de fragmentos sin relación como canapés:

"I paid little attention to anything except her eyes, which were hazel and extemely beautiful. The reminded me of someone, someone I had once been in love with. Who it was I couldn't recall at the moment."

"She talked wildly, frantically, against a fatality that was overpowering. Whoever she was, she no longer had a name. She was just a woman, bruised, badgered, broken, a creature beating its helpless wings in the dark."

 

viernes, 9 de mayo de 2014

254. Roseanna, o en la génesis del paraíso perdido










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1a ed. (en sueco):
Sjöwall, M. y P. Wahlöö, Roseanna, Estocolmo, Norstedts Förlag, 1965
traducción del sueco al español:
Barcelona, RBA libros, 2013 (Serie Negra)
serie: Martin Beck No.1
clasificación: novela policiaca

Las modas literarias son sin lugar a dudas productos comerciales, pero como tales responden a contextos sociales. El nuevo "boom" de la literatura policiaca, especialmente en su modalidad "negra" debe, en mi opinión a una tolerancia o una cierta propensión del lector a un subgénero con una buena dosis de violencia, con más acción que profundidad reflexiva, personajes tipo (el detective serial) y variantes estructurales limitadas. 
Ésto que puede parecer una crítica despectiva y añeja viene al caso porque si bien lo anterior es verdad hasta cierto punto, el subgénero ha sido un buen foro para expresar críticas sociales. Maj Sjöwall y Per Wahlöö * se encuentran en la génesis de la marea literaria negra escandinava tan recurrida hoy en día. Militantes de izquierda convencidos, tenían la intención de proyectar la imagen de una Suecia en los años 60s que no era el paraíso imaginado por muchos. 
Se trata, digamos, de la decepción de una utopía más, del murmullo del edén que se va escurriendo irremediablemente entre las esclusas de la hidrografía nórdica y que va dejando cadáveres como el de la turista norteamericana Roseanna MacGraw, joven, solitaria, de un atractivo bastante mediano, y liberada (con todo y las piernas sin rasurar). Una turista estadounidense vista (y "asesinada") por dos suecos de los 60s pues.
En la primera novela de varias que escribieron juntos, una máquina de escribir frente a la otra, el matrimonio de escritores nos presentan al detective Martin Beck con su equipo. Aparición para la posteridad y para ser subsecuentemente emulados incontables veces, como bien sugiere Henning Mankell en el prólogo escrito cuarenta años después.
Génesis de  paraíso perdido, pero aun con todo y el crimen, la sociedad ahi dibujada sigue teniendo un aura de inocencia primigenia. Incluso el asesino, en una especie de personalidad dividida, cree rebelarse contra la impureza de la modernidad, contra su inmoralidad. 
Desde su muy particular enfoque, trata de evitar el salto a una sociedad diferente. Tiene una personalidad con dos caras, como una novela con dos autores, una es la de un hombre tímido, pacífico, aburrido, inmerso en la rutina urbana diaria, que pasa tiempo frente a la "caja tonta" -expresión muy de la época para la tv- y por otro lado el asesino explosivo, fugaz y terrible que canaliza en violencia todos los miedos y frustraciones del otro aspecto de la misma persona. No es una personalidad doble típica de Hollywood, pues hay una continuidad en las acciones de las dos facetas: El "tranquilo" se pasea una y otra vez en el barrio de la próxima víctima, merodea como depredador y al mismo tiempo se obsesiona hasta sacar al "violento" de su frasco psicológico. Después niega y se asusta de si mismo, hasta que por fin en un respiro liberador para el lector, el narrador, los policías y el asesino, canta lo que ya todo el mundo sabe pero que necesita confirmar a través de la confesión.
El asesino Folke Bengtsson es probablemente una de las metáforas de la sociedad sueca que presentan Sjöwall y Wahlöö: Algo que no es lo que parece, que se asusta de lo que es capaz y de los cambios que percibe como una amenaza personal. 
El paraíso desdibujado de los abuelos marxistas de la novela policiaca escandinava no tiene teléfonos celulares ni ordenadores portátiles; un crimen es noticia nacional y los detectives invierten todos los recursos posibles para descifrar la incógnita hasta lograrlo. Edén "de época", lectura "retro" para el mundo de hoy. Hito literario para los amantes del [sub]género, buena lectura para dias lluviosos.


* Pronunciado algo así como "mai jievál" y "per vaalé"

sábado, 19 de abril de 2014

253. La fiesta del oso



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SOLER, J. La fiesta del oso, Barcelona, Mondadori, 2009.

El primer capítulo de ésta novela lo escuché en voz del mismo Jordi Soler durante uno de mis trayectos cotidianos en el transporte público parisino. Bajé el podcast * desde descargacultura.unam.mx en donde varios autores contemporáneos leen y explican brevemente fragmentos de sus obras.
La fiesta del oso (2009) es el segundo libro de una trilogía no planeada como tal -según ha explicado JS en la presentación del libro en la Ciudad de México-, la cual incuye también Los Rojos de Ultramar y La última hora del último día.  La compilación fue publicada en 2012 bajo el título de La Guerra Perdida.

Volví a tener aquella sensación que me dió en el Salon del Libro de París 2009 -y que comenté en un entrada al respecto- cuando la voz de JS me transportó a otra época de mi vida, en otra ciudad y casi en otro mundo cuando se transmitía  "Argonáutica" por la noches en Rock 101.

Hace tres días me senté finalmente a leer el libro, o mejor dicho, a terminarlo, pues como dije, ya conocía el primer capítulo.
La playa de Argèles-sur-mer , es una pieza dentro del topos sobre el exilio republicano español recreado en la obra de JS. Lugar histórico de un campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial, se convierte en un sitio tabú en discurso del autor, y sirve de pretexto para comenzar la parte "moderna" de la novela, cuando el narrador, una especie de JS literario acude casi a regañadientes a dar una conferencia en aquel lugar de memoria maldita y termina en una aventura en los Pirineos tras la historia del tío Oriol, hermano de su abuelo Arcadi, una historia nueva y diferente a aquella dictada por la tradición familiar, la cual decía por un lado, que el pariente perdido había logrado huir de los fascistas en 1939, sin morir congelado o despeñado en el intento y que había reconstruído su vida, quizá en Sudamérica como pianista de renombre. Y por el lado menos romántico, la otra opción era el haber muerto efectivamente en el intento. 
La novela, como es de esperarse, cuenta una historia nueva, con tintes de "cuento de hadas negro" -según un crítico español y mencionado por Soler con un cierto orgullo-, con seres como hadas, brujas y un gigante; desconocida de la mitología familiar, con nuevas pistas y un Oriol diferente al tanto tiempo imaginado.
 Narrada con madurez y maestría, la historia engancha, es fácil de leer sin carecer de adjetivos o profundidad reflexiva, utiliza sin muchas pretensiones los tropos y los logra bien, tiene menos "referencias cultas" que otras de sus novelas, con un final muy literario, casi propio de un cuento, y deja un buen sabor de boca después de leerla prácticamente sin parar.


* podcasting en Wiki

lunes, 13 de enero de 2014

252. Zénith-hôtel, o la primera del año



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COOP-PHANE, O. Zénith-hôtel, Le Bouscat, Finitude, 2012. 125p.

"Je fume au lit. Parfois la cendre tombe sur les draps. Ca fait des petits taches grises que je ne frotte plus. Je dors avec mes cendres; comme dans un tombeau"
"Le faciès tuméfié par la solitude, cette saloperie de solitude contre laquelle on ne peut rien"

 La pequeña editorial bordelesa Finitude logró colar ésta novelita entre los títulos más comentados del año pasado, especialmente después de habérsele otorgado en noviembre de 2012 el Prix de Flore, el premio literario del famoso café en el barrio de Saint-German-des-Prés. Cosa muy francesa, aquí todos se inventan premios literarios, ¡incluso la Policía Judicial parisina otorga un premio anual de novela policiaca!
 Lo compré en enero del año pasado como novedad y después de leer una parte lo abandoné a su suerte en el librero. En diciembre me pareció que sería bueno ir terminando varios libros en las mismas condiciones, así que éste es el primero del año.
 La presentación del libro es agradable: De pequeño formato, digamos un cm más bajo y uno más ancho que un libro de bolsillo, papel grueso de buena calidad, tipografía francesa, elegante y fluida (familia Garamond, con sus respectivas itálicas de tipo Granjon), texto bien distribuido para el tamaño. La foto de la portada (sin título) es evocadora, casi digna de un Bataille: una chica sentada en un WC abrochándose la correa de uno de los zapatos en un baño con el suelo roto, despintado y con la calefacción al fondo.
 La novela en sí no es tan estimulante: El hotel Zénith no es más que el lugar sucio y desagradable en París donde viven personas como el narrador en primera persona de la novela: Nanou una prostituta de calle,  avejentada por la vida, resignada en su miseria pero profundamente asqueada con la vida y con ella misma. Escribe para pasar el tiempo, a manera de catársis o distracción. No es autocomplaciente, pero tampoco es un personaje de Onetti que se asuma en su marginalidad: se lava compulsivamente el cuerpo hasta lastimarse y sigue imaginando el olor de sus clientes en ella.
 Toda la acción de la novela se desarrolla en un día, la estructura narrativa se compone de tres tipos de texto: Lo que escribe Nanou en forma de entrada de un diario, de narración de un día común, con sus reflexiones propias; los relatos en tercera persona de los otros personajes, todos semi-funcionales, con realidades poco agradables o sencillamente sin trascendencia, generalmente tristes y monótonas, son  todas soledades diferentes. Al final de cada relato, un brevísimo diálogo entre ellos y la prostituta antes de contratar sus servicios.
  Yo lo llamaría micro-néo-naturalismo. Interesante propuesta, difícil de llevar a buen puerto. La tentación de la prostituta literaria, tan lugar común, tan manoseada que un texto fresco es casi imposible. Buen intento, novela de tono depresivo pero sin drama. Para ser tan corta puede tener tramos lentos. Algunas frases muy afortunadas. Prometedora como primera novela, pero no me dan ganas de leer la segunda.