lunes, 5 de marzo de 2007

Déjà vu

J. era un par de años más grande que yo, pues en aquella época yo era de los más jóvenes de la clase. Era alta y delgada y ahora que lo pienso tenía el cabello algo rizado.
Un par de veces nos besamos en la boca tratándo de explicarnos qué había tan especial en ello y de alguna manera, sin entenderlo mu bien, creo que aprendimos algo interesante.
Un par de veces también se lavantó despacito la falda, dejándome ver sus largas y bonitas piernas, l cual no hubiera tenido la menor importancia -teníamos clase de natación una vez a la semana- si no fuera porque lo hacía sol para mi, donde nadie nos viera.
También teníamos clase de karate y siempre fue mejor que yo. Pienso que pasábamos buenos momentos juntos y hoy día que la recordé y me tomé dos instantes para pensarla, J. me volvió a hacer reír y creo que hasta me sonrojó.
El año siguiente se cambió de escuela, quizá porque se mudó a algún sitio muy lejano y no la volví a ver, o al menos eso pensaba, porque meditándolo, todos somos de alguna manera imágenes que se quedan para tomar muchas formas y dimensiones.

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