jueves, 19 de marzo de 2009

244. Fauna parisina, o del porqué la Bruni no estudió filosofía.

El asunto de los vampiros parisinos es ante todo un mito, no simplemente ficción. Con ello quiero decir que hay evidentemente una verdad detrás, más o menos deformada por la imaginación y la transmisión oral.
Lo primero que hay que saber es que los vampiros existen aunque no 'son como los pintan'. El clima luteciano es perfecto para ellos, pues pueden llevar una vida prácticamente normal y pasar desapercibidos incluso en pleno día. No es que se derritan con la luz, pero si tienen una marcada fotofobia y su piel es considerablemente sensible a los rayos UV. Ellos también son una especie en peligro con esto del cambio climático y la tendencia gruyere de la capa de ozono. Afortunadamente cada día los protectores solares son mejores y si contamos los días de luz que hay en la capital francesa, no tienen mucho de qué preocuparse.

Por otro lado, el cliché del vampiro vestido-siempre-de-negro suena ridículo en este lugar, pues de hecho no se usan los colores chillones, o para ser más precisos, casi no se usan colores. Todo el mundo tiene una chaqueta o abrigo negro y la gente se ve pálida no tanto por un asunto racial, sino por la falta de sol. Las boutiques con bronceado artificial tan comunes por aquí me parecieron al principio una monstruosidad. Las camas de bronceado son como ataúdes futuristas. Si hay sol la gente sale a caminar a los parques y a la orilla del Sena, los vampiros simplemente toman precauciones extras -como cuando nosotros vemos que afuera llueve y tomamos el paraguas- y continúan con su vida normal.
Muchos vampiros tienen fuertes aficiones intelectuales, de hecho en la planta baja de la Biblioteca Nacional es fácil toparse con ellos, consultando todo tipo de obras y escribiendo silenciosos en sus laptops. Son estudiosos discretos y su mímesis es tan sencilla y buena que es muy complicado distinguirlos. Lo único que podría señalar como distintivo es que todos son considerablemente atractivos y limpios. Se convierte en obviedad cuando ya no es raro encontrar una rubia con apariencia de modelo que pasa todo el día sola, investigando con deleite la relación entre alquimia y filosofía posmoderna. –Y ya sé lo que están pensando, pero las brujas no tienen nada que ver con lo que estoy diciendo, y en cuanto a los prejuicios de género yo solo digo lo que veo y además lo mismo va para hombres que para mujeres.
Primero pensé que con tanto cristal en la biblioteca, ellos echarían de menos la antigua biblioteca en el sitio Richelieu. Después me percaté que no importa cuánto cristal pueda haber, lo mismo da si no hay sol afuera, además el bosquecillo central del edificio nuevo debe ser inspirador para estas criaturas.

Contrario a lo que se piensa, una buena cantidad de ellos está lejos de ser de una especie parasitaria, y si mi teoría es correcta, en buena medida contribuyen al desarrollo del pensamiento y la economía de los lugares que habitan. París, Londres, Nueva York, San Petersburgo... Por otro lado, los franceses caricaturizan a Sarkozy como un vampiro, pero esas sí son calumnias.

domingo, 15 de marzo de 2009

243. Salon du Livre 09


Amélie Nothomb y Tahar Ben Jelloun en el Salon du Livre Paris 09. Fotos de Sharif Bujanda.


México es el invitado de honor del Salón del Libro de Paris este año.
Significa que dicho país cuenta con el área más prominente y en torno a él hay múltiples actividades. Por ejemplo, las editoriales invitadas muestran los libros que han sido traducidos, las estaciones de radio con un estudio remoto ahí mismo hacen entrevistas a escritores, editores y traductores. También hay conferencias, mesas redondas y firmas de autógrafos. Por lo demás es una feria del libro como cualquier otra, con grupos editoriales presentando sus productos y propuestas además de otros países con stands generalmente modestos. Suiza, en calidad de país francófono cuenta con un espacio mayor y curiosamente Quebec también tiene su stand propio, de considerable tamaño. Da la impresión de ser otro país invitado y no sólo una provincia Canadiense, de hecho, reafirmando la idea -y como dato curioso-, entre las guía turísticas encontré una muy breve, con la forma y formato de un 'pasaporte quebequés', con la flor de Lis a manera de escudo.
Pues bien, sábado y domingo dediqué mi tiempo a vagar y conocer libros y también personas. Series de pláticas llamadas "Una hora con…" fueron programadas para los escritores mexicanos. Mi sorpresa fue que de entre ellos solo conocía a unos cuantos. Es más, había nombres que ni siquiera me decían algo y aunque he pasado algunos años viviendo fuera del país, estos autores estaban ahí por ya ser "representativos de la literatura mexicana contemporánea", de tal modo que no son nuevos en el campo.
En fin que confirmé lo que desde hacía tiempo sospechaba, y es que mi atención literaria siempre ha estado más fuera que dentro de México. La forma más fácil de comprobarlo es dándome cuenta cómo, de esos nombres, sólo figuraban unos cinco en mi lista de libros alguna vez  leídos. Tres eran los pilares obligados de la literatura mexicana contemporánea: 
Octavio Paz, Juan Rulfo y Carlos Fuentes. 
De ellos, prefiero por mucho a Rulfo, quien sólo escribió propiamente dos libros. 
De entre los 'mortales' (y vivos), hay solo dos a los cuales sigo y leo con frecuencia:
Ambos pueden considerarse como 'atípicos' en la literatura mexicana y además son, como personas, referencias singulares para mí:

Jordi Soler trabajaba en Rock 101 una estación de radio -que como su nombre sugiere- era de rock muy clásico y también poco comercial y experimental. Su transmisión marcó a una generación de capitalinos entre mediados de los 80's y mediados de los 90's. Soler tenía un programa nocturno correctamente llamado por su temática "Argonáutica, Literatura y Rock and Roll" y que yo solía escuchar. Ya en la universidad comencé a leer sus libros y fue sólo hasta el viernes que a través de las bocinas de la sala de conferencias escuché nuevamente la misma voz de un programa radiofónico desaparecido hacía más de una década. Mi cerebro tuvo que hacer ajustes para fundir la voz con el hombre sentado ahí enfrente y los libros leídos, todo de diferentes tiempos y lugares.

Alberto Ruy Sánchez era digamos que mi vecino. Hace años trabajaba en una casa de cultura y al lado se encuentra Artes de México, la revista que dirige él. Compré uno de sus libros porque está ilustrado con caligrafías de Hassan Massoudi, un magnífico artista iraquí refugiado en París. Encontré el libro muy interesante y en la contraportada descubrí que la oficina del escritor estaba a unos metros. Fui con su secretaria, le dije que trabajaba ahí al lado y que me gustaría entrevistarlo brevemente para una revista en la cual yo colaboraba entonces. Pensé que era improbable, pero que valía la pena intentarlo. Aproximadamente un mes después había media hora en su agenda para la pequeña entrevista. Al final fue más o menos una hora de una plática informal, entretenida e ilustrativa que definitivamente me animó a seguir su carrera literaria. Diez años después Alberto sigue siendo un escritor amable y carismático, además de muy interesante.
Hubo pocos poetas y dramaturgos invitados. De cualquier manera no sé leer teatro (el único libro de teatro que he leído es Esperando a Godot, además de algo de Shakespeare en la escuela). Y el único poeta al que aprecio, leo -y releo- y del cual compro libros cuando llego a encontrarlos, es Rubén Bonifaz Nuño, supongo que ya muy grande para andar en estos eventos y mucho más conocido como filólogo que como poeta. Lo otros poetas que me han llegado a gustar (nunca en esa medida) son, además de extranjeros, por todos conocidos y están sin excepción alguna, muertos.

Como nota final, tuve un encuentro sorpresivo y sumamente agradable: En el stand de Gallimard, Tahar Ben Jelloun, mi autor francófono preferido, estaba firmando libros. Me preguntó si yo era argelino, le dije que mexicano y me platicó que hace un mes estuvo de visita por allá. En la dedicatoria escribió "Viva México".

viernes, 13 de marzo de 2009

242. Navegar por internet, ¿es estar ocupado? O la diléctica del cactus, el sombrero y la laptop.

México es el país con más hispanohablantes en el mundo (alrededor de cien millones), lo cual no me sorprende incluso tomando en cuenta la variedad lingüística que existe. Con ello me refiero al porcentaje de la población que no tiene como lengua materna el castellano sino una lengua o idioma vernacular. Desgraciadamente de la mayoría de nosotros que aprendemos el español como primera lengua, son poquísimos los que aprenden una lengua propiamente del país. Por eso, cuando alguien por error me pregunta si hablo "mexicano" con cierta vergüenza siempre admito que "no, pero debería haber aprendido", aunque sea por cultura general, pero eso es otro asunto. 
De lo que quiero hablar es de las bitácoras electrónicas. Según la agencia de investigación de mercado MacCann, México ocupa el cuarto lugar de "ciberlectores de blogs", solo después de Corea del Sur, Filipinas y China. Lo sorprendente es que el uso del internet es considerablemente limitado entre la población (alrededor de 21%) Pero de ese porcentaje unos "5.9 millones de usuarios leen frecuentemente algún blog" y un 60.3% de los cibernautas tienen su propia bitácora. Y además, los latinoamericanos (no solo los mexicanos) invertimos tres horas más al mes que el promedio mundial en internet.
Inmediatamente me puse a descartar de entre ellos a los que usan la red principalmente para bajar porno y música. Después deseché Facebook y otras redes sociales (Hi5 NO cuenta como blog). Había también que hacer a un lado los que utilizan la conexión para jugar en línea. 
Y al final quedan los utilitarios y los blogonautas. El utilitario lee publicaciones regulares en línea, utiliza el correo electrónico y 'chatea', usa la banca y otros sitios de finanzas a distancia,    compra y vende, consulta instituciones, servicios; 'asiste' a eventos y claro están los que mantienen una página empresarial. Entonces llegamos a los blogs, algunos solo leen y otros también escribimos de vez en cuando, o mejor dicho publicamos entradas, pues supongo que los fotoblogs (y relacionados) también cuentan. 
Por supuesto un cibernauta tiene más una de las anteriores características, pero a lo que voy, es que me sigue sorprendiendo después de todo la cantidad de mexicanos que también son 'nietos posmodernos de Montaigne'. Alguien dijo que México es un país surrealista. Yo si lo creo, pero debo confesar que más de la mitad de mis lectores llegan desde la Península y no desde las Américas. Será que mis bitácoras entran en otra corriente artística...

domingo, 8 de marzo de 2009

241. Resaca

Ulises se despertó con un terrible dolor de cabeza. Por un instante no reconoció la habitación en la que se encontraba, pero ya estaba acostumbrado a esa sensación desde hacía tiempo.

Abrió la ventana y se encontró con un bosque en vez del océano habitual. Imaginó haber llegado a Ítaca.

Volteó a ver pensativo la cama de la cual acababa de levantarse.

-¿Qué pasó con el mar? –le dijo a la chica entre las sábanas-.

-Pregúntale a la "bruja" de tu novia, respondió Penélope con ironía y desvelo, recordándole sus mismas palabras de la noche anterior.

Buscó 'Circe' en la pantalla del celular, pero se detuvo. Ayer habían discutido de nuevo. "Tus amigos son unos cerdos" -por ahí había comenzado la pelea-, y recordó que una vez más había decidido dejarla.

martes, 3 de marzo de 2009

240 Persépolis




Ayer vi una película excelente, y es de dibujos animados. De hecho está basada en el comic homónimo y autobiográfico de la iraní Marjane Satrapi. Ella vive ahora en París y en el comic cuenta su historia, la cual comienza cuando era niña y vive la caída del régimen del Shah y la Revolución islámica. Su familia, aristocrática, intelectual y de educación occidental, es al principio partidaria de la revolución, pero con el comienzo de las políticas opresoras del nuevo régimen y la guerra con Irak, Irán se va transformando en un lugar asfixiante y peligroso, incluso más que en los tiempos del shah. Ésta niña, que en blanco y negro ve con ojos críticos su entorno me recordó de alguna manera a Mafalda. Una Mafalda persa que ve su país y también Europa con agudeza.
Vale la pena ver Persépolis y no sólo porque se presentó en Cannes. Por cierto, Catherine Deneuve y su hija Chiara Mastroianni hacen las voces de 'Marji' y su madre en la versión original francesa.