
Uno diría que cualquier lugar de la costa hace el mismo sonido, pero a mi me gusta escuchar precisamente a este pequeño tramo del Mediterráneo y sentir en la boca el sabor salado tan parecido a la piel de una mujer.
Son obsesiones estéticas, de esas que me han llevado a los sitios más hermosos, y quizá hacia algunas malas experiencias, pero lo importante es seguir hasta el horizonte de los sueños, porque el que sabe a dónde va, llega.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario