martes, 7 de agosto de 2007

Horizontes آفاق

Biblos -Jbeil para los árabes-, es un lugar al cual me gusta regresar de vez en cuando, especialmente al atardecer y mientras como, o simplemente tomo una cerveza en uno de los restaurancitos que se encuentran junto a la muralla y con vista al mar, veo cómo se va ocultando el sol en uno de los puertos más antiguos del mundo, en el lugar que -aunque solo sea una leyenda- reclama ser la cuna del alfabeto.
Uno diría que cualquier lugar de la costa hace el mismo sonido, pero a mi me gusta escuchar precisamente a este pequeño tramo del Mediterráneo y sentir en la boca el sabor salado tan parecido a la piel de una mujer.
Son obsesiones estéticas, de esas que me han llevado a los sitios más hermosos, y quizá hacia algunas malas experiencias, pero lo importante es seguir hasta el horizonte de los sueños, porque el que sabe a dónde va, llega.

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