sábado, 30 de enero de 2010

281 ¿Marianne con Burka?




Hace tiempo que la República francesa viene dando batalla a los signos religiosos ostensibles en las instituciones públicas. En las escuelas, por ejemplo, las niñas no pueden asistir con la cabeza cubierta, pues es un signo islámico ostensible.
Hoy la propuesta es prohibir -en las instituciones públicas- el uso de elementos que cubran el rostro de las personas, como las 'burkas' y el 'niqab' o velo islámico.
La polémica ha vuelto, pero parece ser que en general hasta los musulmanes franceses en su mayoría aprueban la medida. ¿Quién quiere a una persona con el rostro cubierto en el aeropuerto, en el banco, o en una oficina pública? ¿En pleno París?
Hay que dejar claro que esta propuesta como la mayoría de las de este tipo en Francia solo afecta a los lugares públicos y gubernamentales, es decir que cada quien es libre de andar vestido como guste en su casa, en la calle, en su auto...
Encuentro por lo menos tres claras razones para esta medida: la primera es evidentemente por seguridad. Cualquiera se puede poner una burka encima y asaltar un banco, o sin ir tan lejos, los empleados públicos deben saber con quién tratan a la hora de tramitar algo, por claridad jurídica. No puede haber pasaportes o licencias con fotografías de rostros cubiertos, es simplemente absurdo.
La segunda razón es de orden social. Francia tiene probablemente la comunidad musulmana más grande en la Comunidad Europea y debe hacer todo lo posible por integrar e incluir a todas sus minorías, pues es la única manera de hacer funcionar una sociedad de esas características. El velo islámico no solo es una vestimenta. Es una de declaración pública de segregación. Es evidente que alguien que lleva puesto eso en público, en un país occidental, está proclamando que no se interesa en integrarse, y es justamente la lucha contra los extremismos una parte de la política interior del país. En la medida en la cual se eviten los grupos marginados y separados, se evitarán las manifestaciones extremistas. La lógica es muy simple: Si alguien tiene acceso a la escuela pública, a la seguridad social, a las prestaciones oficiales, a la universidad pública, entonces no tendrá motivo para hacerse volar en el metro.
La tercera razón obvia es la tradición del Estado laico francés. La laicidad garantiza que el Estado no pertenece ni apoya a ningún grupo religioso, y eso garantiza la igualdad ante la ley de todos. En una república laica, la igualdad jurídica es un requisito sino qua non. La única manera de garantizar la libertad de culto es guardando el delicado equilibrio entre los diferentes grupos.
Varias veces he escuchado comentarios acerca del "Estado ateo" en especial de personas de los países del Este. Yo siempre aclaro que "ateo" y "laico" son cosas muy distintas. Un Estado ateo tiene una posición clara en contra de cualquier manifestación religiosa y no garantiza la libertad de creencia o culto. Un Estado laico al contrario, tiene una actitud totalmente neutra y sí garantiza tales libertades.
Pues bien, considero que prohibir el uso de elementos que cubran el rostro y la identidad de una persona en lugares públicos, es una medida correcta que protege los intereses y valores de la mayoría y además limita la segregación religiosa y de género, la cual no debe ser tolerada de forma alguna en una sociedad moderna.

domingo, 24 de enero de 2010

280 Otredad


Como muchos ya se habrán ido percatando, la tragedia de Haití no comenzó el 12 de enero pasado, sino mucho antes. Para cuando el inesperado e inusual terremoto llegó, el país antillano ya era el país más pobre del continente americano. Alguna vez escuché decir que era un país de África, pero en el Caribe, lo cual hasta cierto punto, hay que reconocer que tiene su lógica. El país que de manera muy temprana, en 1804 declaró su independencia de Francia estaba compuesto principalmente por población de origen africano, como hasta ahora.
Desde 1915 ha sido un Estado satélite de los Estados Unidos. Las tropas 'imperiales' han ocupado por largos periodos de tiempo aquel pequeño país y como es de suponerse, controlan lo que políticamente ahí ocurre.
Haití por muchas razones existe en un aislamiento que ha contribuido a su trágica situación. Haití y la República Dominicana subsisten como dos países totalmente distintos sobre el territorio de una sola isla llamada la Española (un poco más pequeña que Escocia). Las relaciones entre ambas naciones nunca han sido del todo buenas quizá partiendo del hecho que la República Dominicana celebra su independencia -no de España, como podríamos suponer- sino de Haití, que invadió la zona de influencia española en 1822. Hace algunos años estando en Santo Domingo nos pasó la idea de conocer Puerto Príncipe, descubrimos con sorpresa que tal cosa solo era posible, bien tomando un autobús a la frontera, cruzar a pie y tomar otro autobús hasta Puerto Príncipe, o bien, tomando un avión que hiciera el absurdo recorrido entre las dos capitales de 300 km.
Considero que Haití entra perfectamente en la categoría de Estado fallido y lo que percibimos después del terremoto solo es consecuencia de ello. Sabemos que los desastres naturales golpean con más fuerza a los países pobres, pues no están preparados para afrontarlos y son mucho más débiles.
Los mexicanos conocemos de solidaridad internacional, porque la hemos vivido al recibirla, como en los sismos de 1985 y al proporcionarla, como hoy en Haití, ayer en Nueva Orleans, y como cuando hemos recibido con alegría a los exiliados de todo tipo de regímenes opresores.
Las tragedias son momentos clave en la historia de la humanidad en los cuales tenemos la oportunidad de demostrar que seguimos siendo seres humanos y no solo depredadores egoístas.
Pero desafortunadamente este tipo de solidaridad no basta y de ninguna manera ayuda a largo plazo, es el "pescado" y no el "enseñar a pescar".
El régimen cubano es criticable en infinidad de aspectos, pero hay que reconocerle que por su difícil situación histórica ha tenido que distinguir entre realidades que en otros países no vemos. Su solidaridad con el pueblo haitiano ha sido de carácter permanente y sumamente lógico: cada año da, de manera gratuita, formación de alto nivel en medicina a jóvenes haitianos. Eso es precisamente el "enseñar a pescar".
Tristemente la memoria histórica en ésta época es muy corta y mañana Haití será nuevamente olvidado. Pero quizá sirva para que al menos unos pocos hagan conciencia de el principio de otredad que nos rige a todos.

jueves, 21 de enero de 2010

279

Palabra de la semana:

kinky. adj. informal.
Unusual, strange and possibly exiting, especially in ways involving unusual sexual acts.

The Cambridge Advanced Learner's Dictionary


miércoles, 20 de enero de 2010

278

Si:
Los blogs son a los Ensayos de Montaige,
entonces:
Twitter es ¿al haiku?

jueves, 14 de enero de 2010

277

Me reclamas entre bromas cuando digo que no nos conocemos.
Entiendo que apeles a esa ironía en la vida de la cual no se puede escapar. Decir que somos dos desconocidos que se cuentan historias y argonáuticas, parece contradecir el oráculo de hace años, cuando dije con otras palabras que ya nos conocíamos aunque no lo supiéramos.
Los oráculos son contradictorios en esencia, como las paradojas. De hecho son peligrosos cuando su significado parece obvio: "lo que pescamos lo tiramos al mar..."
El manual nos dice que los acertijos hay que resolverlos por lo más simple, porque los dioses tienen la mala costumbre de burlarse del orgullo de los hombres.
Por otro lado, aunque contradictorios, siempre son ciertos, ése es el detalle y encima no son como las suras del Corán que se van anulando las unas a las otras según como fueron llegando.
Nos conocemos aunque no lo sepamos y somos dos completos desconocidos que se cuentan historias.
No te sorprendas al encontrarme en tus sueños, o detrás del espejo, o entre tus sábanas, o en el olor de tu almohada, o en un cuento de hadas que dejó de pertenecerte porque tú quisiste, o en el nombre de algún amante, pues lo mismo me ocurre a mi y no sé a cuantos argonautas, pero eso, éso no es algo que pueda explicar un psicólogo que cobra por hora ni un manual de acertividad.
Eso te lo explica un clochard antes de cruzar un puente nevado, una mujer que llora frente a una iglesia rusa, una niña con zapatos rojos en el metro de París, un monje medio loco que da de comer a una veintena de gatos en el Medio Oriente, eso te lo explica el color del Nilo, y el color del mar del Norte que se queda en los ojos...

martes, 12 de enero de 2010

276

El beso es la mejor manera de guardar silencio diciéndolo todo.

-Guy de Montpassant

El amor no es solo un sentimiento. Es también un arte.

-Honore de Balzac