Llegué muy temprano para evitar a las hordas de turistas. Me dirigí sin distraerme hasta el ala y la sección correctas. La vez pasada me quedé con las ganas de verlos, pero es que en el Louvre siempre queda algo pendiente.
Cuando llegué respiré aliviado, prácticamente no había nadie, seguramente estarían empezando a arremolinarse frente a la Mona Lisa, o la Venus de Milo.
La luz tibia de la mañana comenzaba a entibiar sus cuerpos y silencioso fui compartiendo ese instante que se prolonga hacia la eternidad.
Son el alma humana y el Amor en ese preciso momento en el cual sólo se ven al uno al otro. En el mito serán el temor y la curiosidad, utilizadas por las hermanas envidiosas, lo que harán que Psique sea objeto de una maldición y pierda a Eros. No será hasta haber completado las pruebas iniciáticas impuestas, que encontrará lo perdido y con ello la inmortalidad. Las pruebas del alma, que incluso la llevan hasta los infiernos, son metáfora de la búsqueda del sí mismo.
El alma humana debe encontrarse a sí misma para encontrar la inmortalidad (aquí representada por el amor)
Son los ecos eternos del oráculo délfico: "Conócete a tí mismo"