lunes, 19 de mayo de 2008

168. Omar Jayyam عمر خيام

Un asteroide y un cráter lunar llevan su nombre.
Era musulmán y escribía poesía al vino.
Era uno de esos sabios a la antigua, de esos que ya no hay: sabía matemáticas, astronomía, filosofía...
Reformó el calendario en el siglo XII y resultó ser mucho más exacto que el Gregoriano.
Su vida y obra se confunden en la neblina de la leyenda, fue amigo de los otros dos persas que cambiaron la historia de su tiempo: Nizam el Mulk, y Hasan Sabah.
Gracias a él, a varios occidentales se les llamó Omar.
Aquí les dejo un par de fragmentos de sus famosos rubaiyat (cuartetos):

Bebamos, amor, bebamos: todo al olvido invita.
Yo que medito siempre, solamente en dos días
no he querido pensar ni jamás he pensado:
el que está por venir y aquel que ya ha pasado.

Si vino y bellezas hay, pide vino y bellezas,
siéntate junto al agua que el verde prado riega,
deja diablos y hurís al musulmán que crea,
mañana puedes morir si es que mañana llega.


Texto tomado de la traducción castellana (Joaquín V. González) de la versión inglesa de Fitzgerald.

2 comentarios:

  1. no lo conocía pero me ha encantado, así que ya le he fichado y tengo una pagina con sus poemas... después de leer más si me convence pasaremos al papel, que los libros tienen otro olor y otra consistencia, verdad?
    besos

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  2. Sharif, muy bello este poema. Tampoco conocía a su autor. Vino y bellezas. El vino da para mucho... me encanta un buen vino y rodearme de cosas que considero bellas. Besos.

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