Yo no sé si los niños de ahora sigan soñando con ser bomberos, policías, soldados, pilotos, médicos o presidentes de la república. Yo cuando era pequeño quería ser como J.-Y. Cousteau. Alguien me dijo que él era como un personaje salido de la imaginación de J. Verne, supongo que al estilo del capitán Nemo, lo cual tiene mucho sentido para mí, pues a los niños en casa se les lee La Isla Misteriosa o cualquier otro libro del escritor francés para dormir.
En fin que cuando superé la etapa oceanográfica me pareció que el mejor oficio del mundo era el de escritor. Claro que para eso hay que tener disciplina y algo de talento, y sospecho que yo carezco de por lo menos alguno de los dos. Afortunadamente hay blogs hoy en día en donde cualquiera puede escribir y "publicar", por lo menos de manera virtual, cuanto le venga a la mente.
Quisiera tener tiempo de leer y escribir muchas cosas, pero apenas si puedo con mi aventura de hacer dos maestrías paralelas. No es que me queje, pues finalmente me gusta lo que hago, pero por momentos desearía dedicarme un poco a eso que he dejado de lado tanto tiempo.
A mí me ha pasado eso durante mucho tiempo, el querer dejar aparcado lo que estás haciendo y ponerte a leer y a escribir. Por ahora me contento con hacerlo en pequeños ratos, incluídos en mi rutina diaria. Con la llegada del verano espero dedicarles más tiempo.
ResponderBorrarUn beso, y que sepas que me encanta que actualices con esta asiduidad.
P.D.: ¡Yo quería ser vulcanóloga o pirata!