Sostuvo el cubo de azúcar entre sus dedos y rompiendo la superficie líquida sumergió una mínima parte en el café. De a poco, su propio reflejo fue subiendo, saturando el pequeño objeto. Ella miraba pensativa detrás del azul y gris de sus ojos, como el mar frío de su infancia.
Mientras cerraba los párpados, dejaba que el dulce y amargo se disolvieran entre la lengua y el paladar.
Dos monedas sobre la mesa y se fue sin tocar el café.
Mañana volverá. Y él, una vez más, soñará con robar ese reflejo para llevarlo a navegar por los mares del norte.
Alguien que sueña con un reflejo y alguien que se olvida de recordar, o que recuerda su olvido. Me encanta como, de algún modo, se complementan tus dos últimos textos.
ResponderBorrarY creeme, he leido unas cuantas veces cada uno.
Un hombre de costumbres... puede que incluso no le guste el café, pero está ella y sus ojos, su mirada azul y la ocasión de navegar por los mares del norte. Precioso!!!! Besitos.
ResponderBorrarQué tendrá el café, que nos inspira tanto...
ResponderBorrarSiempre describiendo tus relatos todo de una forma tan delicada y exquisita :).
¿Sobra que diga que me encanta como escribes...?
Un saludo.
momentos minúsculos en un día, casi actos cotidianos, pequeñas manías rutiniarias que forman parte de nosotros , sin darnos cuenta y sin embargo, cuando alguien las observa, las roba y reproduce... delicioso
ResponderBorrarbesos
me agrado mucho sobre todo me recuerda esas veces en el cafe donde soliamos ir ( suelo ir ) y ver la gente pasar alguna q otr chik y bueno tu sabes todo lo que te lleva al ir aun cafe mi hermano grazie nos estamos escribiendo ok un abrazo ciao
ResponderBorrarJorge,
ResponderBorrarqué bien tenerte por aquí. Estos pequeños relatos son como piezas de un gran rompecabezas y quizá a estos les tocaba estar juntos. Gracias por la visita.
Ginebra,
El café, (ya sea la bebida o el lugar) puede ser, como bien dices, el simple pretexto para muchas otras cosas.
Un beso.
Elvira,
Me da gusto que dejes un comentario así en una de mis entradas, aunque ya sé que aunque callada, te das tus vueltas de vez en cuando y eso me alegra.
Parece que a nuestras entradas últimamente no les hacen falta muchas palabras. Ha de ser que en Otoño las hojas y las palabras vuelan lejos...
Tequila,
No es que juegue a ser Monterroso, pero el minimalismo literario me entretiene en ocasiones. Gracias por tus palabras, aunque extraño leerte en tu blog.
Besos.
Primo,
Siempre me acuerdo de esos días de buen café y buenas charlas, te encantaría estar por acá, y a mi me daría enorme gusto que nos tomáramos otro café de este lado del charco.
Un abrazo.
Bonito soñar con el dulce y el amargo. Como la vida misma. Un abrazo...
ResponderBorrarSHARIF, me han pasado un Meme, un juego sobre hablar de uno mismo. Tenía que elegir a seis blogger y tú eres uno de mis elegidos. Pásate por Utopía y mira. Lo siento, te haré currar un poco. Besos.
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