viernes, 11 de abril de 2008

151. Musarañas



Rodolfo se llamaba mi profesor de natación.

Tenía la vaga idea de saber nadar desde que nací, como los roedores o los perros, pero ayer que procuraba poner mi mente en blanco y dejar el estrés en la piscina, una palabra resonó en mi mente: "musaraña"

Para Rodolfo todos éramos musarañas, esos pequeños mamíferos parecidos a un ratón y emparentados con los erizos y los topos.

Supongo que así le parecíamos de pequeños, tratando de nadar, porque él enseñaba a los más pequeños, desde el kinder, y seguíamos siendo "musarañas" incluso cuando ya habíamos crecido y jugábamos waterpolo en la secundaria.

Entonces teníamos lockers y de vez en cuando había revisiones "sorpresa". Cualquier cosa que pudiera parecer "material prohibido" iba a dar a la oficina de Rodolfo antes de caer en manos de los prefectos. Ahí lo escondíamos hasta que hubiera pasado la amenaza. Él solo se reía y seguía dándo instrucciones en la alberca con esa voz grave y fuerte que tenía y que lo hacía maestro de ceremonias en los eventos de la escuela.

La tradición dictaba que el último día de clases, los que se graduaban iban a dar a la piscina con todo y uniforme, asi que él vio cómo las generaciones entraban temblando al agua y salían de ella hacia el mundo.

Mi hermano estudió ahí mismo, asi que de vez en cuando pasaba a saludarlo, incluso cuando ya estaba en la universidad. Yo por supuesto, seguía siendo una musaraña.

Tenía buen sentido del humor, la sangre ligera, el cabello rizado y canoso, siempre se veía igual.

Irónicamente fumaba como loco, y no contento con haber sufrido varios infartos seguía haciéndolo.

Por supuesto que un día ese gran corazón no resistió el último ataque y todas las generaciones de musarañas nos quedamos un poco huérfanas.

No se si esos bichitos sabrán nadar desde que nacen, pero nosotros aprendimos tan bien que algunos volvemos a la alberca para olvidarnos del resto del mundo.

3 comentarios:

  1. La única la verdadera patria: la infancia, que diría el poeta.

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  2. es perfecto... ligero y avanzando como si te deslizaras.
    nado desde peque y el primer párrafo lo has clavaó.
    tienes suerte la piscina en la que aprendí y nadé durante años la tiraron hace meses pero algunos seguimos sentandonos en los bancos del parque que han puesto en su lugar.
    me hiciste recordar
    mil gracias
    un beso
    me quedo con "musaraña" me encantó

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  3. Hola, entré en tu blog a través de Tequila.
    Has descrito magistralmente y tiernamente el recuerdo que tienes de tu profesor... muy bonito!!!.
    Creo que la gente que pasa por nuestra vida y no nos deja indiferente, está siempre con nosotros, como él.
    Un beso

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